jueves, 1 de diciembre de 2011

ALIMENTOS TRANSGENICOS: ¿ALIMENTOS PARA TODOS? (IV)


A lo largo de la historia, el hombre ha tratado constantemente de progresar en sus conocimientos para hacer frente a sus necesidades. Naturalmente, cada era ha traído su propia serie de cambios altamente prometedores y sus correspondientes riesgos. Después de la Revolución Industrial, la ciencia se hizo más provechosa pero potencialmente más peligrosa conforme las tecnologías se hicieron cada más potentes y arriesgadas.  Esto ha hecho que cada nuevo acontecimiento que entrañaba riesgos suscite llamados en favor del control de la ciencia y la tecnología.

Con referencia al tema de este ensayo, las ciencias de la alimentación y la agricultura han alcanzado otro hito en su historia que anuncia posibilidad de cambios para asegurar que millones de personas gocen de los alimentos suficientes y necesarios en su vida diaria. Es por ello que se debe incrementar el debate sobre el uso de alimentos transgénicos. Sin embargo es necesario señalar que afirmaciones carentes de fundamento, ya sea a favor o en contra de determinada tecnología, constituyen un obstáculo para la adopción de decisiones que beneficien a la población en situación de hambre. Si los alimentos transgénicos pueden contribuir a hacerlo, debemos ser lo suficientemente inteligentes para utilizarlos de manera que lo haga. Esto se traduce, invariablemente, en la urgente necesidad de una ética para su uso.

En efecto, no es posible hacer generalizaciones absolutas acerca de los transgénicos, cada aplicación debe analizarse plenamente, caso por caso, mediante evaluaciones completas y transparentes, deben reconocerse sus consecuencias a corto y largo plazo con objeto de fomentar un debate constructivo. Esto pone de relieve, aún más, la responsabilidad de los científicos de comunicar sus resultados en términos que puedan ser comprendidos por todas las personas para que puedan decidir en lo particular sobre su uso. Cada persona, ya sea en calidad de científico, gobernante, empresario, agricultor o consumidor, directa o indirectamente, tiene el deber ineludible de vigilar que la producción y uso de alimentos transgénicos reduzca, en efecto, el hambre y la pobreza.

La ciencia nos ofrece oportunidades apasionantes y al parecer ilimitadas, bien empleada por el  hombre, ha contribuido desde siempre a su progreso. Tenemos fe en en ella. Sólo tenemos que recodar que debemos hacer buen uso de ella. No podemos regresar. No tomar en cuenta las posibles soluciones que nos ofrece la ciencia y la tecnología de nuesro tiempo pues como argumenta Luis Villoro: "la renuncia a nuestro dominio del mundo[...], el mantenimiento de la miseria y el desamparo". Estoy de cuerdo con él, en que la técnica puede salvarnos del hambre generalizada y de las condiciones infrahumas en que viven millones de personas en muchas partes del mundo. Asimismo en que si bien el uso de la tecnica ha causado destrozos, éstos deben enmendarse a través de esta misma. Parafreseanso su razonamiento: los problemas del hombre no se solucionan en un retroceso en la historia o en dejar de usar la tecnología sino en el ejercicio continuado de la ciencia y tecnología para lograr los fines y valores últimos que merecen la pena ser vividos. [1]


“Si los perros ladran, es señal de que avanzamos”




[1] Villoro, Luis. El pensamiento moderno, Fondo de Cultura Económica, México, 2005

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